Solo 1 de cada 4 jóvenes en Colombia logra competencias clave al terminar el colegio, revela nuevo informe.
El más reciente informe del Observatorio de Realidades Educativas de la Universidad Icesi, titulado Calidad educativa en la educación media en Colombia, plantea un panorama preocupante sobre la preparación de los jóvenes en el nivel medio educativo. De acuerdo con la investigación realizada por Juliana Ruiz Patiño y Santiago Navia Jaramillo, basada en los datos de las Pruebas Saber 11° —la evaluación estándar con la que culminan los estudiantes su educación secundaria—, apenas uno de cada cuatro jóvenes logra desarrollar de manera integral las competencias básicas en matemáticas, lectura crítica, ciencias naturales y ciencias sociales y ciudadanas (según datos del informe citado). Esta situación señala fuertes debilidades en la formación académica justo antes del ingreso a la educación superior o al mundo laboral.
El problema adquiere mayor gravedad cuando se considera que el 30 % de quienes terminan la educación media no alcanzan un nivel satisfactorio en ninguna de las áreas evaluadas por la prueba, y tan solo el 23 % logra superar adecuadamente las cuatro dimensiones, según el mismo informe. Gloria Bernal, investigadora experta de la Universidad Javeriana, advierte que esto implica la existencia de una generación que obtiene el título de bachillerato pero carece de las herramientas indispensables para su desarrollo personal y profesional, lo que pone en entredicho la eficacia de las políticas educativas vigentes.
Las brechas regionales y sociales incrementan la complejidad del escenario. Mientras que municipios como Envigado y Armenia muestran avances, con aproximadamente el 40 % de los alumnos alcanzando un rendimiento adecuado, regiones como Uribia, en La Guajira, apenas superan el 3 %, reflejando una desigualdad histórica que limita severamente las perspectivas de progreso para jóvenes en zonas vulnerables. Ruiz Patiño sostiene que esta disparidad constituye una “deuda profunda con la juventud colombiana”, agravada porque las estadísticas excluyen a quienes no lograron culminar la educación media o ni siquiera pudieron presentar la prueba, sectores cuyo rezago es presumiblemente mayor.
Este fenómeno nacional coincide con advertencias internacionales provenientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que, en su Informe mundial de educación 2023, resalta la necesidad de no sólo ampliar el acceso a la educación, sino también de transformar los procesos que permitan a los estudiantes adquirir habilidades relevantes frente a los desafíos del presente. Además, investigaciones difundidas por el Journal of Educational Psychology identifican que el déficit en competencias fundamentales alimenta ciclos persistentes de pobreza y desigualdad.
La utilización de pruebas estandarizadas como Saber 11° sigue siendo motivo de debate. Si bien proporcionan insumos valiosos para diagnosticar la situación nacional, expertos recomendados por fuentes como el Banco Mundial insisten en que deben complementarse con instrumentos cualitativos que analicen los contextos familiares, escolares y sociales. Solo así podrán diseñarse políticas más integrales y efectivas, capaces de reducir los problemas de fondo que limitan el aprendizaje.
Fuente: Pulzo