Con botas de trabajo, pantalón, chaqueta y una evidente maleta pesada, el campesino lo alcanzó a 45 km/h, donde se podía observar a Rigo empleando a fondo.
Después el hombre y Rigo frenaron, el campesino mostró su admiración por el ciclista colombiano, “Vea la figura que me encontré” dice Rigoberto, a lo que el señor responde: “Vengo de La Ceja… Es un privilegio grande encontrarme con él acá”.
“Me cogió rueda… yo venía haciendo un trabajito de contrarreloj, preparándome para el Tour [de Francia]. Está volando, papá”, le afirma al campesino que logró alcanzarlo y llamar la atención del jefe de filas del equipo estadounidense Education First.
Mijitos vean pues, cuando le sale a uno la verdadera competencia en el camino.
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