Así cambiaría el SOAT en Colombia con la nueva propuesta del Gobierno de Petro
El Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) volvió al centro del debate público tras un planteamiento del presidente Gustavo Petro que podría modificar de manera sustancial la forma en que se cobra y administra este requisito obligatorio para los conductores en Colombia.
La propuesta surge en medio de discusiones sobre movilidad, equidad y control de recursos, temas que impactan directamente a millones de propietarios de vehículos en el país. Actualmente, el SOAT funciona como un seguro tradicional administrado por compañías privadas y garantiza la atención médica inmediata a las víctimas de accidentes de tránsito, sin importar quién tenga la responsabilidad del siniestro.
Según lo planteado desde el Gobierno, la idea es que el SOAT deje de operar como un seguro y pase a convertirse en un impuesto obligatorio administrado directamente por el Estado. De concretarse, el recaudo ya no estaría en manos de las aseguradoras privadas, sino que sería centralizado por el Gobierno Nacional.
Uno de los aspectos más llamativos del planteamiento es el criterio para definir el valor a pagar. De acuerdo con lo expuesto por el presidente Petro, el cobro se establecería principalmente con base en el cilindraje del vehículo. Esto implicaría tarifas más bajas para automotores de menor capacidad y pagos más altos para aquellos con motores de mayor cilindraje.
Desde el Ejecutivo se ha señalado que el objetivo sería construir un sistema más equitativo y con mayor control sobre los recursos, garantizando la atención a todas las víctimas de accidentes de tránsito, incluso en un contexto en el que un número significativo de conductores circula sin el SOAT vigente.
La iniciativa, sin embargo, ha generado reacciones y cuestionamientos. Expertos advierten que transformar el SOAT en un impuesto requeriría cambios legales profundos y una reforma al marco normativo actual. También se debería definir con claridad cómo se administrarían los recursos y qué entidad asumiría la responsabilidad de la cobertura en caso de accidentes.
Desde el sector asegurador, por su parte, existen inquietudes sobre el impacto que una medida de este tipo tendría en el mercado y en la sostenibilidad del sistema, dado que el SOAT hace parte de un esquema financiero con reglas establecidas.
Entre los conductores, las opiniones están divididas. Algunos esperan que el nuevo modelo reduzca los costos, especialmente para motos y vehículos de bajo cilindraje, mientras otros temen que el cambio termine representando un mayor gasto para ciertos propietarios.
Hasta ahora, la propuesta no se ha materializado en un proyecto de ley ni cuenta con detalles técnicos concretos. No se conocen aún los mecanismos de recaudo, la entidad que administraría los recursos ni cómo se mantendría la cobertura actual para las víctimas de accidentes.
Mientras el Gobierno avanza en la discusión, el futuro del SOAT se perfila como uno de los debates más relevantes en materia económica y de movilidad en Colombia.
