La trágica muerte de Valeria Afanador, una niña de 10 años con síndrome de Down, continúa generando conmoción en Bucaramanga y ha puesto bajo la lupa el colegio donde estudiaba.
La Secretaría de Educación Municipal confirmó que avanza una investigación administrativa para determinar si la institución cumplió con los protocolos de atención y protección frente a las denuncias de presunto maltrato que habría sufrido la menor.
De hallarse irregularidades, el colegio podría enfrentar sanciones que van desde multas hasta la suspensión definitiva de su licencia de funcionamiento, medida que significaría su cierre.
El caso de Valeria ha despertado un fuerte debate sobre la responsabilidad de los colegios en la garantía de entornos seguros, inclusivos y libres de discriminación, especialmente para estudiantes en condición de discapacidad. Organizaciones sociales y padres de familia han pedido que este hecho marque un antes y un después en la protección de los derechos de los niños en las instituciones educativas.