El golpe del ICETEX: eliminación de subsidios y alza en intereses.
Miles de estudiantes en Colombia se enfrentan a una dura realidad: el gobierno de Gustavo Petro, que prometió aliviar la carga financiera de los jóvenes universitarios, ha tomado decisiones que los han dejado en una situación aún más precaria. El ICETEX, entidad que ha sido una esperanza para muchos, ahora se ha convertido en una pesadilla.
A partir de 2025, el ICETEX eliminó los subsidios a la tasa de interés, lo que significa que los beneficiarios ahora tendrán que pagar tasas que oscilan entre el 12,2% y el 17,2% de efectivo anual. Esto representa un incremento significativo en las cuotas mensuales, afectado a millas de jóvenes que ya luchan con una economía en crisis. Muchos de ellos apoyan a Petro en su campaña con la esperanza de cambios reales en la educación, solo para recibir, en lo que parece una traición, una carga financiera aún más pesada.
El retraso en los giros: más estudiantes en la incertidumbre
Como si no fuera suficiente, se han reportado retrasos en los desembolsos de los créditos educativos del ICETEX. Estudiantes de diferentes universidades han denunciado que llevan semanas esperando los giros, lo que les ha impedido pagar matrículas, acceder a recursos esenciales o incluso continuar sus estudios.
Esta situación no solo representa un fracaso administrativo, sino que también refleja la falta de compromiso del gobierno con quienes confiaron en su proyecto. Mientras los estudiantes esperan, el ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, parece más interesado en defenderse en redes sociales que en solucionar la crisis que afecta a millas de jóvenes. Sus declaraciones sugiriendo que el ICETEX no depende del Ministerio de Educación solo demuestran su desconocimiento de la ley y su falta de liderazgo.
El gobierno Petro abandona a sus propios votantes
Gustavo Petro llegó al poder con el respaldo masivo de los jóvenes. Su campaña se apoyó en promesas de educación gratuita, alivio financiero para estudiantes endeudados y oportunidades para los sectores más vulnerables. Sin embargo, con medidas como la eliminación de subsidios y los retrasos en los desembolsos, queda claro que estas promesas eran solo palabras vacías.
Mientras Petro busca justificar la crisis financiera del país con excusas, los jóvenes que lo apoyan en las consecuencias de su mala administración. El mismo gobierno que se jactaba de luchar por la educación y el bienestar de los estudiantes, ahora los deja a la deriva, mostrando que sus promesas no eran más que un discurso electoral.
Los estudiantes no olvidan, y esta traición podría convertirse en un punto de quietud para el gobierno. La pregunta ahora es: los jóvenes que llevaron a Petro al poder, ¿seguirán creyendo en él?