La decisión de la Secretaría de Educación de Neiva de no permitir la alternancia tanto en colegios públicos como privados, cayó como un ‘baldado de agua fría’ a los rectores que confiaban en que este método de estudio iniciaría los primeros días del mes de febrero.
A pesar de contar con todos los protocolos de bioseguridad establecidos, el secretario de Educación, Giovanny Córdoba Rodríguez, emitió la circular 0033 en la que restringió el comienzo del plan de alternancia en todas las instituciones educativas de la capital opita, que, según los rectores ya había sido aprobado con anterioridad.
La medida ha afectado de manera más drástica a los colegios o jardines infantiles que ofrecen formación a la primera infancia, pues debido a la edad de los estudiantes es más difícil que haya una educación efectiva y eficiente a través del método virtual.
Precisamente esta situación tiene a cerca de 60 colegios de Neiva al borde de la quiebra, porque la falta de niños matriculados los ha llevado a perder el punto de equilibrio para su normal funcionamiento.
El problema radica en que, a mediados del año 2020, muchos padres de familia viendo los problemas en cuanto al estudio en casa de sus hijos, prefirieron retirarlos del colegio, dejando un vacío económico en instituciones donde los ingresos de matrícula y pensión son su único sustento. Aún así terminaron el año con toda su planta docente y administrativa, ‘arañando’ por créditos y subsidios que no compensaron los gastos en su totalidad.

Lentitud en las verificaciones
Este año la situación, aunque no predecía una mejoría del 100%, sí auguraba un crecimiento puesto que, con la previa aprobación, en diciembre pasado, del plan de alternancia, los padres de familia se habían interesado en volver a matricular a sus hijos para que recibieran clases en su colegio entre dos y tres días por semana.
Sin embargo, las esperanzas de una recuperación económica se han ido desmoronando, pues los padres de familia han comenzado a reclamar la devolución de los dineros de matrícula del presente año, porque aseguran que no están dispuestos a que se continúe con el estudio en casa.
“El sinsabor que tenemos es que no ha sido clara la Administración Municipal en el sentido de definir y acoger los protocolos desde que el Ministerio de Educación los estableció. En septiembre pasado inició el calendario B y ya teníamos colegios en Chía o Cali con alternancia. Aquí ha habido demora y pasividad en la respuesta y además con el agravante de que una cosa son las lógicas de los públicos y otras de los privados”, señaló Alexander Quintero, propietario del Gimnasio Infantil Mi Alegría de Vivir.
Expresó que la Secretaría de Educación de Neiva le está dando el mismo trato a la educación pública y privada en materia de implementación de protocolos.
“Uno entiende que para un Secretario es difícil la presión del gremio de los docentes, que la población con mayor riesgo y vulnerabilidad está condicionada en la medida en que hay más años y que hay buena cantidad de docentes mayores de edad. El problema es que aquí hablamos de empresarios independientes, en el colegio uno mismo de una vez toma la decisión de hacer la debida implementación, no debemos esperar procesos de contratación porque tenemos otra capacidad de respuesta, además, en el sector privado los docentes son más jóvenes”.
No aguantan más
La deserción es una constante no solo en los colegios públicos, sino también en los privados y específicamente en los que atienden a la primera infancia. Son muchos los planteles que se dedican a formar niños desde los grados de párvulos hasta transición o hasta quinto de primaria, pero debido a las condiciones, los efectos han jugado en su contra.
LA NACIÓN indagó con los rectores o coordinadores de tres colegios de Neiva sobre esta situación y sus cifras son alarmantes.
“Terminamos el año pasado con el 40% de la población, generalmente empezamos con 200 niños y este año hemos matriculado 60, le habló de 30% de matrículas efectivas. Con relación con el número de docentes que pudimos haber contratado, generalmente tenemos alrededor de 35, esta vez no hay sino 10. Otro problema es que, por ejemplo, ya cinco padres me pidieron la devolución de la matrícula”, detalló Alexander Quintero.
Para el caso del Gimnasio Infantil Genios Kids, su representante legal, José Raúl Moreno, dijo que este fue un tema que no se pudo frenar pues a diario más niños iban abandonando sus estudios. Para el 2021 se han matriculado 50 alumnos.
“Normalmente tenemos 150 niños, pero quedamos con el 30% el año pasado y a eso se sumó la problemática de que con los padres que contábamos no pagaban las pensiones a tiempo, debido a la crisis. Este año sigue igual o peor porque los papás están a la espera de cómo vamos a trabajar, dicen que si es virtual no matriculan, pero ante las demoras de la Secretaría de Educación ha sido difícil coger un ritmo. No sabemos qué hacer”.
Sonia del Pilar Solano Flórez, propietaria y directora del colegio Mis Monachos, expresó su preocupación frente a la posición del Secretario de Educación.
Mis Monachos cuenta un cupo para 260 estudiantes, de los cuales en 2020 terminaron 110 y hasta ahora solo 90 han confirmado querer continuar.
En una reunión que sostuvieron los rectores con el secretario de Educación, Giovanny Córdoba, el pasado viernes, el funcionario les notificó que hoy les dará una respuesta de si la Administración Municipal les da vía libre para iniciar con la alternancia educativa.
Redacción: La Nación