A partir de ayer asumió el nuevo director de la entidad, Andrés Mauricio Muñoz, con la misión de darle un vuelco total. El asesor, destapó las causas de fondo que originaron el retiro de su ‘atornillado’ director. Directivos cuentan la otra cara del retiro que estaba cantado.
“Desde el 31 de octubre Fabián Torres dejó de ser el director de Corposanpedro. A partir del primero de noviembre recibí el encargo, transitoriamente, para revitalizarla e impedir su quiebra”, precisó el abogado Andrés Mauricio Muñoz, al asumir ayer las riendas de la corporación para la promoción de la cultura y el turismo del Huila.
“Asumí como director, pero como asesor del Gobernador del Huila, sin recibir honorarios, voy a estar un tiempo, no sé cuánto pero creo que tenemos que tomar otras medidas para que la entidad se estabilice”, confirmó en medio de la controversia que despertó el predecible relevo del empoderado funcionario.
La salida, notificada verbalmente el 27 de octubre, no fue sorpresiva, ni producto de un acoso laboral, como lo argumentó en una tutela que instauró días después para impedir su despido.
El retiro estaba cantado por las fuertes fricciones que se venían registrando desde el año pasado, entre otros asuntos por su negativa a rendir cuentas de su gestión al frente de la entidad, creada hace seis años.
Torres Celis, fue nombrado el 27 de febrero de 2016 por la junta directiva con un sueldo básico de 4,5 millones de pesos mensuales que terminaron convertidos en 8 millones con las acreencias y prestaciones sociales.
Adicionalmente, tenía una nómina con altos honorarios, que la corporación no podía físicamente sufragar y otros gastos asociados difíciles de pagar porque no tenía ingresos. Solo reportaba deudas, lo que puso en riesgo la sostenibilidad.
El relevo
Sorprendido por la tutela que Torres interpuso para quedarse en el cargo, Muñoz aseguró que en este caso, fue una decisión estrictamente administrativa.
“En los estatutos está claro que la junta directiva puede tomar la decisión de cambiar al director en cualquier momento, hubo una decisión de la junta en ese sentido y no hay ninguna irregularidad”, aclaró Muñoz.
“Realmente es un cargo con un periodo de dos años, y eso no lo estaban aplicando. La junta pidió el apoyo a la Gobernación para reducir unos costos y ahorrarse unos recursos porque no había ingresos para sostenerlos”, anotó.
Muchas quejas
Adicionalmente había unas quejas respecto a la administración de Fabián Torres que se venían presentando en varias oportunidades; había unas relaciones interpersonales difíciles, entonces se tomó la decisión, basada en sus estatutos”.
“La norma expresa que la junta puede en cualquier momento cambiar al director ejecutivo. Este es un cargo de confianza, un cargo de libre nombramiento y remoción más allá de que haya un contrato a término indefinido”, reiteró.
“No se trata de acoso laboral, simplemente, fue una decisión administrativa, si se quiere, estratégica, para evitar que la corporación, termine estrellada”, anotó.
Notificado
Muñoz confirmó que se liquidará el contrato como un despido sin justa causa y por eso será indemnizado.
“A él se le notificó en la reunión de la junta directiva, presencialmente, él estuvo en la junta directiva, escuchó todos los planteamientos, lo argumentos de los miembros de la junta que no estaban de acuerdo con la gestión del director, que ya había cumplido un ciclo, que había que darle un cambio a la empresa. Fabián incluso aceptó la decisión y dijo que se iba tranquilo.
“Además-dijo- hay muchas cosas que él mismo admite: se había pedido una auditoría por que no estaban de acuerdo con algunos manejos que se le estaba dando, había una serie de inquietudes sobre el manejo que se le venía dando a la corporación.
“La auditoría nunca se pudo realizar porque nunca permitió que se accediera a esa información financiera, solo los datos que presentaba. No se pudo acceder a esa información para saber si eso era cierto o no, eso generó mucha inconformidad”, destacó Muñoz.
Por su parte, el ingeniero Diego Fernando Perdomo Rojas, ex director del Atlético Huila Femenino, develó las verdaderas razones que provocaron el retiro del ex director de Corposanpedro.
“El tema no es de ahora. Cuando yo llegué a Corposanpedro el año pasado, había muchas inquietudes sobre el estado financiero de la entidad que sólo pude conocer en marzo pasado en una asamblea general”.
“Lo que le pedimos eran unas cuentas claras, sobre el manual de contratación, sobre gobierno corporativo, como mínimo sobre el personal, sobre compras para tomar determinaciones. Por lo menos que supiéramos a quién se le debe. Pero no fue posible, nos dijo que eso no se podía, luego que era de la junta la que tenía que definir el proceso de contratación. Nunca pasó eso”, aseguró Perdomo.

Pérdidas y deudas
“En cambio comenzamos a ver pérdidas y pérdidas, y deudas y más deudas. Sorprendido propuse que ante la imposibilidad de realizar el San Pedro presencial por la pandemia, lancé la voz de alarma, sobre la necesidad de reducir costos para evitar que la corporación se fuera a la quiebra. Pues tampoco le gustó al hombre, que eso no se podía, que la corporación no se manejaba así”, afirmó.
Esa posición rebosó la copa. Si la entidad no es capaz de funcionar sola, algo está mal. Entonces, como socio de la corporación, en representación de mi empresa, pedí una auditoría para conocer la realidad del manejo financiero, porque no teníamos acceso al manejo contable. Eso no le gustó al director.
Estamos ciegos de lo que pasa, porque sólo estaban los reportes de la contadora, si no podemos ni siquiera pedir las cuentas, pues no hay nada que hacer”, afirmó el dirigente empresarial.
“Yo como Perlun Ltda, como asociado, pedí en marzo una auditoría y esa propuesta fue respaldada por todos, por el gobernador, y los demás socios. Llegó la pandemia y por ese personaje no fue posible sacar adelante esa auditoría, puso mil trabas, no permitió”, acotó.
Curiosidad
Desde mi llegada me causó curiosidad por el manejo que se le estaba dando porque el personaje decía que pagaba todo de su bolsillo, pero no se veían los ingresos, los registros contables, no había soportes, por lo menos las consignaciones o las cuentas, por eso pedí la auditoría porque no lo permitió”.
“Tampoco permitió que se manejaran las cuentas conjuntas, no lo permitió porque él manejaba las cuentas como quería, se pagaba lo que quería, se autoliquidaba los intereses a las cesantías como quería; no había claridad sobre los pagos de comisiones”.
Rueda suelta
Corposanpedro, nació el 16 de mayo de 2014 como una persona jurídica, sin ánimo de lucro, de carácter mixto, constituida por aportes públicos y privados, y regidos en su dirección, administración y contratación por el derecho privado. Pero no como una rueda suelta.
La entidad se constituyó como empresa cultural, sin ánimo de lucro, encargada de la organización de eventos culturales, folclóricos y turísticos durante todo el año, como fuente de financiación. Pero solo se quedó como operadora de los recursos que aportaba principalmente el sector oficial. Ese manejo centralizado, originó la ruptura, primero con el sector hotelero, que fue excluido como socio aportante, y luego por la Alcaldía de Neiva.
“Ante esa situación, lo que decidió la junta fue frenar los gastos. No se hizo una evaluación de su gestión, que está pendiente, solamente se frenaron unos gastos innecesarios. Corposanpedro no podía seguir como un taxímetro corriendo”, afirmó Armando Cuéllar Arteaga, vocero del grupo empresarial Coomotor.
Insostenible
El tema, según Perdomo, se volvió inmanejable. Para otros socios, insostenible.
“Todos los socios hacían mil reclamos, no había empatía, tampoco claridad, entonces solicité que se hiciera a un lado porque si no podemos como junta directiva ni siquiera revisar, pedir cuentas, no había nada que hacer, Pero además, teníamos que soportar que nos gritara que nos regañara, muy complicado. Una corporación no se puede manejar así.”
“Por eso, dijo, la mejor decisión para evitar la quiebra de la corporación fue la cancelación del contrato, fue una decisión estrictamente administrativa, una medida de salvamento para evitar el colapso”, anotó Perdomo.
“En medio de este escenario lo que se planteó básicamente fue la revisión total de la estructura de gastos de la corporación. No podíamos seguir asumiendo unos gastos con altos salarios, sin tener los ingresos que lo respaldaran. Pura matemática financiera”, afirmó Cuéllar Arteaga.
“Por ejemplo se planteó la necesidad de suprimir los costos de un asesor jurídico, o los servicios contables, que resultaban onerosos. Lo que estamos haciendo es evitándole a la corporación unos gastos por ahora innecesarios.
En cambio, otros socios ofrecieron los asesores jurídicos y contables, sin tener que pagarles altas remuneraciones. El ingeniero Diego Perdomo puso a disposición sus abogados y su equipo contable. Lo mismo hizo Coomotor. El gobernador delegó a su asesor Muñoz, quien lo representaba en la junta para que asumiera las riendas de la entidad, liberando los costos.
Nuevo rumbo
El gobernador se comprometió a facilitarnos un espacio en el recinto ferial, estamos pensando que la corporación se encargue del manejo del teatro Pigoanza para que le generen algunos recursos.
“Lo que se busca es darle un redireccionamiento a la entidad y para lograrlo tiene que tener una junta directiva unificada, cero divisiones, y eso es lo que buscamos darle un vuelco total para que pueda cumplir con su misión, como es la organización de nuestras fiestas”, remarcó Muñoz.
“Lo primero que vamos a hacer, es dejar en claro, en blanco y negro, la situación financiera, conocer a ciencia cierta, el estado financiero, los detalles de los ingresos y las deudas para poder determinar un plan de acción para salvarla. Esa es la misión que tengo, dejar las cuentas claras, dejar la corporación bien organizada”, indicó.
“Es un tema de asegurar la sostenibilidad. No podemos seguir sosteniendo indefinidamente unos costos de funcionamiento sin saber que va a pasar, primero con la pandemia, y en segundo lugar, con las demás actividades misionales de la corporación. Eso es, son decisiones estratégicas que tomaría cualquier ejecutivo”, precisó Cuéllar Arteaga.
“Es más- añadió- aún no sabemos si el próximo año habrá San Pedro, esperamos que sí, pero ante el crecimiento de la pandemia, el panorama es incierto. Esta es una realidad inocultable”.
Alto en el camino
“Necesitábamos hacer un alto en el camino para conocer en detalle la verdadera situación financiera y contable de la entidad, reporte que nunca pudimos conocer, porque el director no entregaba los balances. Hoy no sabemos realmente, cuáles son las deudas, los pasivos, el estado de las cuentas, lo mínimo”, aseguró el gerente de Coomotor.
“En esta decisión no hay nada más que la sostenibilidad, no fueron los temas jurídicos o contables, no. Solamente fue una decisión oportuna para parar unos gastos fijos en un escenario crítico, eso fue lo que vimos en la junta”, aclaró La directora de Inturhuila Maricela Castro.
“El hecho de reducir gastos no significa que la corporación no siga. Todos los socios, principalmente del sector privado, estamos dispuestos, a recuperar el capital perdido con nuevos aportes, estamos dispuesto a hacerlo, pero lo que no podemos hacer es inyectarle nuevos recursos para pagar una nómina por ahora innecesaria, eso no tiene sentido”, explicó Cuéllar.
Redacción: RICARDO AREIZA
La nación