Y mientras tanto, ninguna obra pública importante se ha podido hacer en el Huila en los recientes 20 años. La plata no ha sido el problema, ha habido y mucha.
1. El Distrito de riego Tesalia – Paicol, más de $220 mil millones «invertidos»; sigue sin terminar. Y no se sabe si alguna vez operará.
2. Ciudadela Educativa de Aipe, proyectada con $101 mil millones de inversión. Se ejecutaron $47 mil millones, se entregó a medias, Contraloría General de la República investiga detrimento por más de $20 mil millones. Obra sobredimensionada, mal planificada y lo que se construyó con serias deficiencias.
4. La Torre Materno Infantil de Neiva $44 mil millones y apenas se va a poner en operación un sector
5. Estadio Plazas Alcid, $13.771 millones a juicio fiscal. Y sigue en ruinas
6. El Anillo Vial Turístico del Sur, seis años de obra, con tres años de parálisis, y $104 mil millones comprometidos
7. Pavimentación Baraya – Tello fueron $13.300 millones contratados, sobrecostos de $7 mil millones
8. El «Sendero de Interpretación Arqueológica y del Macizo Colombiano en San Agustín», contratado por $4.500 millones; menos del 32% construido, juicio fiscal por más de $1.800 millones. Contratista una tal Fundación para el Desarrollo Empresarial de Colombia, Fundecol, con sede en Cúcuta.
Estas son las obras más relevantes; hay otras decenas de menores valores igualmente paralizadas en casi todos los municipios, convertidas en «elefantes blancos», monumentos a la desidia, negligencia y corrupción rampante.
*Y por supuesto, la medalla de oro es para la Concesión 4G Neiva – Pitalito Mocoa – Santana, que prevé inversiones por 3 billones de pesos pero acumula 4 años de retraso con apenas el 2,2% de avance.