El patrullero que en vez de multar concientizaba a la ciudadanía y ayudaba a los necesitados, pidió el retiro de la Policía. “Un gran uniformado que pierde la institución”.
En las esquinas soleadas de Santa Marta, donde el caos vial suele ser protagonista, apareció un día un hombre con uniforme y celular en mano, decidido a enseñar con respeto y empatía.
Sin embargo, lo que parecía una iniciativa valiosa terminó siendo cuestionada por sus superiores, quienes abrieron procesos en su contra, marcando así el inicio de un camino que hoy lo lleva a colgar el uniforme.
En las últimas horas se conoció que el patrullero habría solicitado su retiro de la institución, una decisión que, aunque difícil, la habría tomado con la frente en alto.
Ricardo, ahora más conectado que nunca con su comunidad digital, decidió apostarle a una nueva etapa: dedicarse a su familia, sus negocios y seguir inspirando desde otro lugar.
Su historia, cargada de vocación, resistencia y cariño por la gente, queda grabada en la memoria de quienes lo vieron pasar de ser un servidor público a un creador de conciencia ciudadana.