Japón crea un plástico que desaparece en el mar en pocas horas, sin contaminar. A diferencia de los plásticos tradicionales, que tardan siglos en degradarse y afectar a la vida marina, este innovador material biodegradable se disuelve por completo en agua salada sin dejar residuos tóxicos.
Pero su impacto no termina ahí: una vez descompuesto, sus componentes pueden ser aprovechados en la agricultura, mejorando la calidad del suelo. Diseñado para reducir la contaminación oceánica y terrestre, este avance japonés podría revolucionar el uso de plásticos en envases y productos desechables, marcando un paso clave hacia un futuro más sostenible.
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