En la madrugada del domingo, Neiva fue escenario de un trágico accidente que ha reavivado el debate sobre la responsabilidad y control de conductores reincidentes.
Sergio Israel Rojas Serrano, un hombre con un historial preocupante de incidentes viales, está señalado como el principal responsable de un siniestro en el que, conduciendo un Ford Mustang rojo a alta velocidad y en presunto estado de embriaguez, embistió a dos ciclistas. En este incidente, Juan CarlosGarcía Sastoque perdió la vida, mientras que su hermano, Luis Alberto García Sastoque, permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos con diagnóstico reservado y signos de muerte cerebral.
Este accidente no es un hecho aislado en la vida de Rojas Serrano. Hace poco más de dos años, fue protagonista de otro accidente que dejó una persona fallecida, en un caso que todavía sigue en proceso judicial. Apenas hace cinco meses, estuvo involucrado en otro choque que dejó un herido, también vinculado a la conducción en estado de embriaguez. Ahora, este tercer caso suma una nueva víctima fatal y un herido crítico, cuya vida pende de un hilo y que, de fallecer, elevaría a tres el total de víctimas mortales en la historia de accidentes de este conductor.
A pesar de las pruebas, incluyendo múltiples videos en redes sociales y el testimonio de testigos que lo señalan como el conductor en el momento del impacto, Rojas Serrano no ha sido detenido. Horas después del accidente, se presentó ante las autoridades, alegando que no estaba al volante y que otras personas habrían tomado su auto mientras él se encontraba en estado de ebriedad. Esta versión ha sido recibida con escepticismo tanto por los investigadores como por la opinión pública.
El historial de Rojas Serrano muestra un patrón alarmante: acumulación de infracciones por conducción bajo los efectos del alcohol, una licencia de conducción suspendida hasta 2049 y más de 80 millones de pesos en multas pendientes. Aún así, sigue en libertad y, aparentemente, sin restricciones efectivas para continuar manejando.
Este caso ha generado una oleada de indignación y críticas a la Superintendencia de Transporte Público Nacional y otras autoridades, cuestionando su incapacidad para prevenir que conductores con antecedentes tan graves sigan en las calles. “No podemos seguir siendo testigos de tragedias que se repiten una y otra vez porque el sistema no actúa con la contundencia que debería”, afirmó María Fernanda Sastoque, hermana de las víctimas.
Organizaciones civiles y grupos de ciclistas han convocado manifestaciones en Neiva para exigir justicia y una revisión profunda de las leyes de tránsito y la implementación de sanciones efectivas. Mientras tanto, la comunidad aguarda con expectativa, esperando que este caso no se convierta en otro más en la larga lista de impunidades y que la justicia finalmente actúe con decisión.