Familia sepultó el cuerpo equivocado en Neiva

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En Medicinal Legal, los funcionarios al parecer, por negligencia, intercambiaron los occisos, entregando los fallecidos a las familias equivocadas. Yeison José Centeno Sanz fue llorado y enterrado por desconocidos, mientras que sus dolientes recibieron los restos mortales de otra persona.

Los tediosos y largos trámites en Medicina Legal, no han permitido que Yeison José Centeno Sanz, quien falleció en un accidente de tránsito el pasado 19 de septiembre, pueda descansar en paz. Su cuerpo, que ya está enterrado, nunca fue entregado a sus seres queridos.

El drama para la familia de la víctima inició hace 17 días, cuando el joven de 24 años de nacionalidad venezolana, sufrió un percance vial en el kilómetro 2 entre la ruta que conduce del municipio de Tello a Baraya.

Sobre las  6:30 de la mañana, Centeno Sanz se estrelló en su motocicleta de la marca Suzuki de placa BNH-96B, contra un objeto fijo al costado de la carretera. Allí perdió la vida de manera instantánea al recibir todo el impacto del golpe en su cabeza.

Desde ese momento el occiso fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde su familia inició con los trámites para repatriar al fallecido a Venezuela.  Durante los servicios técnicos científicos y de investigación genética, comenzaron las inconsistencias.

Cuando la entidad solicitó a la embajada del vecino país, las huellas dactilares de la víctima, estas no cotejaron, por lo que la familia debía someterse a una prueba de ADN para confirmar la identidad del hombre. Su progenitora viajó hasta la ciudad de Neiva, donde se practicó el examen que fue enviado para ser estudiado en Bogotá.

Ante la demora del proceso, los allegados comenzaron a tocar puertas para agilizar el procedimiento, pues ya el instituto les había asegurado que repatriar el cuerpo tenía una duración de hasta tres meses.

Finalmente con la ayuda de la Defensoría del Pueblo, lograron que los restos mortales fueran entregados el día de ayer a la Funeraria San José para realizar las exequias y darle su cristiana sepultura. Lo insólito del caso, es que cuando la familia fue a recibir el féretro, se llevaron la desagradable sorpresa que no se trataba de Yeison José. En el ataúd reposaba el cuerpo de un sujeto de 40 años de edad completamente desconocido para ellos.

En busca de respuestas por el intercambio de los muertos, se acercaron a la calle 13 con carrera 5, donde les indicaron, que por equivocación, entregaron a Centeno Sanz a otra familia el pasado 27 de septiembre. Al día de hoy, el joven venezolano ya había sido llorado y enterrado por desconocidos, quienes nunca se dieron cuenta del error, a raíz de que la funeraria, les recomendó velar al occiso tapado, porque tenía el rostro desfigurado.

Finalmente los dolientes del extranjero, no recibieron el féretro del otro señor y denunciaron ante el equipo periodístico de LA NACIÓN el procedimiento negligente, a la espera de la exhumación del cadáver para poder enterrarlo en el corregimiento de Fortalecillas, donde se encontraba residiendo.

Es de aclarar que la madre y los hermanos de la víctima, desistieron de trasladar el muerto a Venezuela por los altos costos, ya que no contaban con los recursos para hacerlo.



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