El brutal asesinato, se presentó, el pasado 22 de junio, en medio de una acalorada discusión, entre padre e hijo, relacionada con temas económicos; según detalles obtenidos por LA NACIÓN, ambos eran socios de dos negocios y sostenían algunas deudas en compañía; al parecer, la situación económica y la ausencia del dinero se había convertido en un problema entre los dos hombres, por tal razón, Wilson Javier Peña Camayo, en compañía de menores de edad, decidió dar muerte a su papá, ocasionándole 110 puñaladas.
El crimen ocurrió en una vivienda, en el barrio Timanco, en el sur de Neiva, allí permaneció el cuerpo escondido casi dos días, hasta que los agresores decidieron sacarlo del inmueble, transportarlo en un carro de propiedad de la víctima y abandonarlo en un apartado sector, donde pensaron no sería descubierto.
El hallazgo
Al momento del hallazgo, el cadáver se encontraba en estado de descomposición, había sido dejado a orilla de una quebrada, en la vereda El Triunfo, zona rural de el corregimiento de El Caguán y fue encontrado por un habitante de la zona, que se encontraba muy cerca del sitio y fue alertado por las aves de carroña que merodeaban el sector.
La víctima identificada como Salvador Peña, tenía pantalones rojas y camibuso color verde, la ropa interior hasta la altura de los pies y múltiples heridas en todo el cuerpo, principalmente en cuello, rostro y abdomen.
Por lo anterior, el homicida se entregó a las autoridades confesando lo sucedido, sin embargo fue dejado en libertad y solo hasta el día de ayer, fue detenido mediante orden judicial.