Primer Policía que murió por COVID-19 en su residencia, en el Huila

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Los sueños e ilusiones de Johan Andrés Rivera Torres se apagaron a sus 25 años de edad, este joven tolimense de nacimiento y opita por adopción, no logró ganar la batalla más importante de su vida, y cuando creía tener su sueño cumplido de ser policía, este letal virus se atravesó en el camino.


Los casos de coronavirus golpean duramente el departamento de Huila, y nadie parece escapar ya a la proximidad de tener algún conocido o familiar contagiado. Ayer sábado por la mañana se supo la noticia del primer uniformado de la Policía, fallecido por Covid. Se trata del patrullero Rivera Torres, adscrito a la Sipol Menev, quien había iniciado el aislamiento obligatorio el 28 del mes de septiembre, al presentar leves síntomas de este impredecible virus; paradójicamente el pasado 2 de octubre fue notificado caso positivo, y ayer 3 de octubre, murió. Se desconocen las enfermedades de base del uniformado, pese a que su estado de salud parecía ser estable, la noticia de su deceso fue un duro golpe para compañeros y familiares, especialmente sus padres, quienes desconocían la situación actual de Johan Andrés, pues él nunca les informó que se había contagiado.

Misión cumplida

Johan vivía solo en un apartamento en el norte de la ciudad de Neiva, allí estaba confinado, y allí murió. Su actual novia, llegó al inmueble ayer en la mañana, pero se llevó una fatal sorpresa, el joven ya estaba sin vida. Al parecer tuvo complicaciones que ni él mismo logró poner en alerta a sus allegados, el virus hizo lo suyo y el policía, amante del futbol, de los buenos amigos y las noches de fiesta, murió. Rivera Torres, fue sintomático, pero al parecer nunca estuvo grave, la enfermedad estaba siendo tratada, pero algo falló, al igual que su corazón que se detuvo para nunca más volver a palpitar. Saber dónde se contagió aún es incierto.

Sin miedo a la muerte

Rivera ingresó a los 19 años a la institución, prestó servicio militar en el departamento de Chocó, y una vez graduado como patrullero, llegó a la ciudad de Neiva, perteneció al Modelo de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, estuvo adscrito al CAI Alpes, y luego de varios años se sumó a la Seccional de Inteligencia de la Policía Metropolitana de Neiva (SIPOL), donde actualmente laboraba.

Era hincha fiel del Atlético Nacional, el segundo de tres hermanos, frutos de la unión de la señora Maribel Torres y Carlos Alberto Rivera. Este uniformado siempre creyó en su Policía, su deseo más grande fue portar el uniforme y hacer propios los sueños de su hermano mayor, quien también fue policía, pero murió.

Johan, pese a que estuvo muy cerca de la muerte en varias oportunidades, nunca le tuvo miedo; fue herido por delincuentes en repetidas oportunidades, recibió un disparo en una pierna en un procedimiento en el sur de la capital opita, y dos más en hechos confusos en la ciudad de Bogotá.

Hoy, amigos y familiares se despiden de este joven soñador, sus padres una vez enterados de la nefasta noticia llegaron a la capital opita a literalmente a ver por última vez a su ser querido, la noticia fue devastadora y la señora Maribel desconsolada no asimilaba haber perdido a su segundo hijo.

En la hoja de vida del patrullero Rivera Torres figuran 1 condecoración y 12 felicitaciones, dedicado, entregado a su trabajo, alegre, buen amigo y leal, así lo describen superiores y compañeros, un hombre dispuesto siempre a servirle a Dios y a la Patria.

 De la Nación

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