Y es que lo sucedido este martes no es un fallo, y está lejos de serlo; “es simplemente una decisión para hacer más forzada la comparecencia”, según explicó Hernando Herrera, director de la Corporación Excelencia en la Justicia, en entrevista con Yamid Amat.
Según él, en esta etapa preeliminar “la sala de instrucción halló que hay que seguir la investigación, sin que eso quiera decir que se pueda suponer un fallo condenatorio”.
Ahora lo que sigue es “recaudar pruebas en este sentido, favoreciendo la causa penal, pero también aquellas que vayan ligadas a la inocencia”, prosigue Herrera.
Durante este tiempo, Uribe seguirá en detención domiciliaria, lo que continuará hasta el momento de la calificación, en donde se podría “precluir y archivar la investigación, o avanzar con la misma y acusarlo ante sala de primera instancia”.
Es esa sala, compuesta por otros 6 magistrados, la que podría dictar una sentencia, que en caso de ser condenatoria le representaría una pena de “alrededor de los 2 a los 4 años” de cárcel, dependiendo de los elementos agravantes, aseguró el abogado.
Sin embargo, una consecuencia quizá peor para Uribe, conociendo su talante, es que esto le generaría una inhabilidad para volver a ejercer cargos públicos. Esto sin tener en cuenta que recientemente se ha hablado de que podría estar considerando su retiro.