En la vida de Robinson Silva no todo ha sido alegría. El imitador de Julio Jaramillo relató el difícil momento que vivió cuando su exmujer lo abandonó a él y a su hijo.
Al cantante le tocó ser padre y madre a la vez y en el programa ‘La Red’ de Caracol Televisión contó su conmovedora historia.
Según el artista, a su expareja le interesó más “lo material” que por el pequeño y como la situación económica no era la mejor decidió irse, tras una disputa legal.
“Para mí fue muy difícil porque nunca había cambiado un pañal ni había hecho labores de madre, pero pedí ayuda, fui aprendiendo y logré sacarlo adelante”, manifestó Robinson Silva.
A Julio Jaramillo, de ‘Yo me llamo’, le tocó ser padre y madre a la vez:
Fue a los 33 años cuando a Robinson Silva se le cumplió el sueño de ser padre. En la actualidad su hijo Robin Santiago Silva tiene 4 años.
El imitador de Julio Jaramillo aseveró que a pesar de la difícil situación económica que atravesaba cuando su exmujer lo dejó él sentía mucha felicidad por tener a su hijo.
Y recordó que nunca lo dejaba solo y se lo llevaba a trabajar. Cuando tenía que dar serenatas le pedía a alguien que lo acompañara para que le cuidara al niño mientras él cantaba.
Uno de los recuerdos más gratos del imitador fue cuando invirtió casi todo su salario en una moto eléctrica que le regaló a su hijo. Sin embargo, no le alcanzó para el papel de regalo y se lo entregó envuelto en una bolsa negra.
“Yo invertía todo mi sueldo en comprarle los mejores regalos”, aseveró.
Robinson Silva precisó que de su exmujer no ha vuelto a saber nada y que a su hijo no le habla de ella, ni le hablará.
Él nunca se ha separado de su hijo, sobre todo en estos días de cuarentena, los cuales ha pasado con el pequeño en el departamento del Huila, donde el niño vive con sus abuelos.
Robinson Silva ganó fama y renombre en 2018 cuando participó en el programa concurso ‘Yo me llamo’ como imitador del ecuatoriano Julio Jaramillo.
Ese personaje lo llevó a convertirse en el ganador de la sexta temporada del popular programa y, por ende, merecedor de 500 millones de pesos.
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