De acuerdo con reportes de Reuters y AP News, el fenómeno —calificado como “el más destructivo del siglo” por la Organización Meteorológica Mundial (OMM)— ha causado graves daños estructurales, inundaciones masivas y cortes generalizados de energía eléctrica en varias regiones de la isla, especialmente en Kingston, Saint Catherine y Portland.
“No existe infraestructura en Jamaica que pueda resistir una tormenta de esta magnitud”, declaró el primer ministro Andrew Holness, quien pidió calma y anunció el despliegue del Ejército para apoyar las labores de rescate y evacuación.
Según The Guardian, antes de su llegada al territorio jamaicano, el huracán ya había dejado varios fallecidos y decenas de heridos en su paso por el Caribe oriental. En Jamaica, las autoridades han habilitado más de 800 refugios y emitido una alerta roja nacional, aunque las evacuaciones se han visto limitadas por la velocidad con la que se intensificó el ciclón.
Los meteorólogos anticipan lluvias de hasta 700 milímetros y marejadas ciclónicas de cuatro metros, lo que podría provocar deslizamientos de tierra y daños irreversibles en zonas costeras.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) advirtió que Melissa mantendrá su fuerza durante las próximas 24 horas antes de desplazarse hacia Cuba y las Islas Caimán, donde ya se preparan planes de contingencia.
Mientras tanto, organizaciones internacionales como la Cruz Roja y la ONU han iniciado operaciones humanitarias para asistir a la población afectada.
El huracán Melissa es el octavo ciclón de la temporada del Atlántico 2025, pero el primero en alcanzar la categoría máxima. Su rápida intensificación pasó de categoría 2 a 5 en menos de 24 horas ha sorprendido a los expertos y reavivado el debate sobre los efectos del cambio climático en la frecuencia e intensidad de los huracanes tropicales.
