Nuevo escándalo sacude al Gobierno de Petro.

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En un hecho que ha encendido las alarmas sobre la transparencia y los límites del poder estatal, se reveló que el Gobierno del presidente Gustavo Petro, a través de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), escondió durante 55 días a Willington Henao Gutiérrez, alias “El Mocho Olmedo”, segundo cabecilla del Frente 33 de las disidencias de las FARC, en un hotel de Bogotá y posteriormente en un apartamento en Chapinero, bajo el argumento de “seguridad nacional”.


La denuncia, hecha por Noticias Caracol y confirmada por documentos oficiales, ha generado una ola de indignación tanto en Colombia como en Estados Unidos, país que solicitó su extradición por narcotráfico, lavado de activos y concierto para delinquir. 


Lejos de ser recluidos en la cárcel La Picota, como correspondía por su estatus de capturado, el jefe guerrillero fue protegido en secreto por una entidad estatal que le permitió moverse libremente durante ocho semanas. Nadie puede certificar qué hizo o dónde estuvo durante ese tiempo.


El episodio deja en evidencia una red de manejos oscuros dentro del alto gobierno, que no solo encubrió al cabecilla sino que, además, información financiera clave al CTI de la Fiscalía, impidiendo el control y seguimiento sobre el desfile de Henao. La propia Corte Suprema de Justicia descubrió la irregularidad y exigió explicaciones formales a la fiscal Luz Adriana Camargo.


Lo más inquietante es que alias “El Mocho” fue nombrado por el Gobierno como delegado en la mesa de paz, lo cual permitió que sus órdenes de captura fueran suspendidas, justo cuando su grupo era presionado militarmente por el ELN en el Catatumbo. 


Todo apunta a un trato preferencial, que raya en la complicidad, mientras el país asiste con estupor a una justicia que parece ceder ante la cercanía política con estructuras armadas ilegales.

Incluso, el director de la DNI, Jorge Arturo Lemus Montañez, se negó a dar información a los agentes judiciales argumentando “motivos de seguridad”. La pregunta es inevitable: ¿seguridad para quién? ¿Para la nación o para un criminal con cuentas pendientes ante la justicia internacional?


Finalmente, alias “El Mocho” fue entregado a la Fiscalía y recluido en La Picota el pasado 8 de abril, pero el daño ya está hecho.

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