Durante las fiestas de año nuevo en una zona de Nueva Zelanda donde no se puede tomar durante días festivos, un grupo de amigos decidieron entrar a aguas internacionales para evadir la ley seca.
Leon Hayward, líder del grupo de 6 personas (en el que había 3 turistas estadounidenses y 3 nativos), dijo que construyeron la islita con una mezcla de arena negra, conchas de mar y tablas de madera para equilibrar el peso, y que la labor les tomó seis horas en la tarde del domingo 31 de diciembre.
Al terminar de construirla, instalaron una mesa de picnic y una nevera portátil para meter la bebida; posteriormente, disfrutaron de los juegos pirotécnicos y celebraron allí la llegada de 2018. Al siguiente día, la isla permanecía intacta.
Las autoridades, lejos de sentirse ofendidas por la idea, celebraron la creatividad del grupo de amigos. “Es un pensamiento creativo; si hubiera sabido, probablemente me habría unido a ellos”, manifestó el inspector John Kelly.
