Un accidente en el baño terminó arrebatándole la vida a monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo, obispo Emérito de Neiva. En el Huila lamentan su partida y lo recuerdan como el pastor que siempre estuvo al lado de las comunidades más humildes y que poco se acercaba a los círculos del poder. Su trabajo fue definitivo para hacer realidad el seminario San Esteban.



La Diócesis de Neiva y la comunidad católica en general está compungida por la partida hacia la eternidad de monseñor Ramón Darío Molina Jaramillo, quien llegó como obispo a Neiva en febrero de 2001 y con su trabajo y carácter se ganó el aprecio y admiración de los huilenses.



Durante su estadía en el Huila dejó una huella indeleble que se refleja en la construcción del Seminario San Esteban y en la evangelización de las comunidades más humildes, de las que siempre estuvo rodeado y defendía en los grandes círculos sociales y del poder.


Sus exequias


Tomado de Laboyanos.com